Las coloridas pinturas que le dan alegría al Cerro Alegre
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E l Cerro Alegre es uno de los más grandes que existen en la ciudad de Tomé. Y también, al parecer, uno de los más alegres. Al menos, es la impresión que dejan las coloridas pinturas que adornan muros y escaleras del barrio.
Entre la avenida La Torre con calle La Cuadra se encuentra el sector Miramar. Aquí vecinos se han organizado para pintar los más de 140 peldaños que tiene su escalera principal. También han pintado algunas paredes y su pequeño mirador, para impregnar de vida el barrio tomecino y hacerle honor a su nombre dándole alegría al lugar donde residen.
Susana Bustos, habitante del sector, fue quien empezó a organizar y motivar a sus coterráneos a mejorar el barrio donde viven. "Nos juntamos como vecinos y postulamos a un proyecto en el Departamento de Cultura de la muni, ellos dijeron que les había gustado el barrio porque tenemos un mirador y servía para el proyecto que postulamos" indica Susana.
Esta iniciativa que se adjudicó la comunidad, consistía en pintura y otros utensilios, y son los mismos pobladores quienes están encargados de pintar y decorar su sector con toda la libertad que ellos deseen.
Además de darle entretención al lugar con los novedosos diseños que han realizado en los muros, los residentes del barrio también están enfocados en hacer diversas mejoras.
Una de ellas es arreglar las canaletas de la escalera principal, que es por donde todos transitan, para que en invierno no se genere barrial en los peldaños y evitar lesiones de quienes habitan en el sector.
"Esto es super peligroso en invierno, con las lluvias se junta el agua y se forman pozas, además del barro que se acumula", señala una de las vecinas, quien subraya que "hace más de 50 años que vivo acá y nunca se había intentado arreglar esto en el barrio, es una alegría que ahora se pueda realizar y pasemos un mejor invierno".
En dicha tarea son los hombres quienes se encargan de trabajar y arreglar las canaletas y salidas de agua. Marcos Lepe, uno de los vecinos que además es maestro y dirige esta obra, sostiene que "de a poco hemos ido avanzando, pero por algo se parte".
Paisaje colorido
Con la ayuda de una profesora de Artes de la Casa de la Cultura de Tomé, los habitantes del Cerro Alegre han logrado darle con sus pinturas un toque psicodélico al sector. "La profesora Tatiana viene a ayudarnos en el tema de los colores y cómo mezclarlos, además, ella está a cargo de organizar cuando estamos pintando", explica Susana.
"Este barrio está compuesto de harta juventud, y estar en un lugar tan colorido y lindo, como se puede apreciar ahora, permite que la juventud pueda vivir de forma sana, que es lo importante", señala uno de los habitantes de Miramar.
Esta iniciativa, aseguran, permite que jóvenes y niños dejen llevar su imaginación con los diseños y colores que han estampado en los murales de su barrio, y algunos en los muros de sus propias casas.
Susana Bustos indica que uno de los murales que se encuentra terminado fue pintado completamente por niños. "Ellos han sido sus propios diseños que han estampado en las murallas y con la ayuda de la profesora han podido realizarlo", indica.
"La idea es incentivar los colores, no queremos hacer letras ni nada de ese estilo, sólo incentivar el barrio con la diversa gama de los colores para dar alegría y vida acá", indica la organizadora de esta iniciativa.
Elizabeth Cuadra, también residente del cerro, señala que "nosotros no estamos arreglando sólo para nosotros, sino para los mismos turistas que vienen durante las vacaciones. Este mismo verano venían a tomarse fotos acá en la escalera, estamos muy contentos de estar hermoseando el barrio y que los demás puedan disfrutar de esto también", enfatiza.
Unión de los vecinos
Como en todos lados, estos tomecinos tienen sus diferencias, pero afirman que han logrado trabajar juntos y hacer de este cerro un lugar atractivo de visitar, además de un lugar más agradable en donde vivir.
"Al principio los vecinos no se motivaron mucho, pero a medida que vieron cómo iba quedando el sector se empezaron a motivar y a participar más", indica Susana, agregando que "todos están felices con esto, esperamos que los demás vecinos de este cerro se motiven a realizar lo mismo que nosotros para poder darle color y vida al lugar".
Pese a que no todos los pobladores participan de forma presencial, pintando o realizando arreglos, sí aportan de forma monetaria para financiar cualquier utensilio que falte. Además ese dinero sirve para costear bebestibles que deben compran cuando se encuentran los jóvenes trabajando.
Además, en este sector no sólo trabajan personas que residen en el Cerro Alegre, sino también asisten ex vecinos que se enteraron de esta iniciativa y han vuelto para ayudar en esta causa. Tal es el caso de Eliseo Oñate, quien ahora vive en Bellavista. "Vengo a ayudar acá, es una felicidad muy grande lo que se ha logrado gracias a la señora Susana. Esto se debiese hacer en otros lugares también", destaca el tomecino.
Cecilia Ulloa, a su vez, se manifiesta contenta con lo que se ha logrado. "Está quedando hermoso el barrio, hace años que nos tenían botados, pero gracias a ella (Susana Bustos) que inició todo esto, al fin se tomó la iniciativa de trabajar por nuestra propia cuenta. Es un gran logro para el barrio", resalta. J