l Manuel Muñoz González
Uno que otro perro callejero merodea en las solitarias arterias de la Villa Horizonte de Dichato, la población que alberga la nueva vida de más de doscientas familias, dando cuenta de la tranquilidad del lugar donde comenzaron a dejar atrás los dos o tres años que les tocó residir en la aldea, justo al frente de lo que hoy es el nuevo barrio. Un campamento que dejó varios recuerdos, como el haber sido uno de los símbolos del esfuerzo y la esperanza en el destruido Dichato. Un lugar en que, además, no faltaron las nuevas parejas que su unieron, y las nuevas vidas que llegaron a este mundo.
Hijos de la aldea
"¿Mamá yo crecía en la aldea?", preguntaba la pequeña Javiera, de 4 años, a Katherine Pacheco, su madre, en medio de la conversación sobre el recuerdo de los años en El Molino. Una pregunta que tuvo respuesta en la sonrisa de la mami, asintiendo que así había ocurrido, pues la peque nació y creció estando en el campamento.
"Acá se armaron parejas, y hay varias niñas que quedaron esperando guagüita", afirma Tamara Anabalón, del almacén de la esquina, en la misma cuadra donde Katherine tiene su vivienda y donde instaló unas máquinas tragamonedas para quienes van a entretenerse y buscar algún premio.
"Yo misma conocía en la aldea a mi actual pareja, pero no le puedo contar más, no quiere que mis hijos sepan que lo ando haciendo público", añade otra vecina que prefiere guardar su nombre.
Según cuenta Kathy, a su actual pareja lo conoció en el sector Chacra Alicia, tiempo después del terremoto. "A nosotros no nos querían dar mediagua, tuvimos que luchar hasta que a cuatro días de que naciera la Javi me la dieron. Fue todo difícil, mi niña incluso estaba en la Teletón, porque nació con una vértebra menos, pero gracias a Dios no ha tenido problemas", repasa la joven, agregando que, pese a lo difícil, vivieron bien en la aldea.
"Los vecinos eran bien tranquilos, en la noche no había boche, nada. Lo difícil era el tema de salir al baño. En invierno había que salir, al principio. Pero por el tema de mi hija, tuvimos la fortuna de que nos dieron un baño único en nuestra mediagua", relata. J
l Tras los casi dos años en el sector 6 de El Molino, hoy Katherine y su pareja viven tranquilos en su inmueble de la Villa Horizonte, junto a Javiera de 4 años, nacida durante sus años en la aldea, y la pequeñita Sofía, quien llegó al mundo hace nueve meses. "Ella nació acá en la población", aclara la joven.
viviendas fueron levantadas en la Villa Horizonte para los damnificados.
familias llegó a albergar
el campamento El Molino de Dichato.