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Con profundo pesar todos quienes trabajan y están cercanos a los medios de comunicación de Concepción entregan hoy el último y sentido adiós a uno de sus personajes más queridos: Rinaldo Pinto Montenegro, más conocido como El Rino.
Luego de sufrir un cáncer por más de un año, este histórico profesional de las comunicaciones, dejó este mundo durante la madrugada de ayer acompañado por sus familiares más cercanos, en la tranquilidad de su hogar.
Todos quienes conocieron y compartieron con Rino coincidieron en recordarlo como un hombre de extraordinaria simpatía, optimismo, simpleza y dueño de un enorme sentido del humor.
"El Rino era un tipo realmente impresionante. Alegre. Siempre le encontraba el lado positivo a las cosas, con un humor bárbaro. Bueno para las tallas jocosas. El Rino era un buen hombre, pero por sobre todo, un buen amigo", señala Alipio Ortega, reportero gráfico de larguísima trayectoria y que conoció a Rinaldo en el año 1981, cuando se desempeñaba en la corresponsalía de El Mercurio.
"Yo que lo conocí por más de treinta años te puedo decir que jamás lo vi enojado. Cuando se iba a enojar por las tallas que le tirábamos ponía una cara como que se iba a enojar y después salía con algo más chistoso todavía. No se pasaban penas con él. Incluso, en los largos plantones que a uno le toca pasar en este oficio, estar al lado del Rino era entretenido. Lo vamos a echar mucho de menos", agregó Alipio.
optimista
Otro de sus colegas y que compartió largas jornadas con él fue Víctor Salazar. "Yo al Rino lo conocí desde el año noventa. ¿y qué puedo decir de él? Que era un tremendo tipo. Que de él recordaremos su alegría, su optimismo, lo divertido que era. Sus tallas, sus historias, anécdotas. Tantas cosas", sostiene.
"Con decirte que en los años 90, cada vez que había que ir a hacer una nota lejos, los periodistas de El Sur se lo peleaban para ir con él. Es que con el Rino no se pasaban penas. Sus historias eran increíbles. Todavía se recuerdan algunas de sus anécdotas como la que vivió junto a su amigo Silvio en un avión que los llevó a Puerto Montt. Era impresionante. Uno no paraba de conversar y reír con él", agrega Víctor.
Rodrigo Acuña, uno de sus colegas más cercanos y con quien Rino compartió sus últimos seis años de trabajo periodístico en diario La Estrella lo recordó como una excelente persona, amigo y colega. "El Rino para mi era como un papá que te aconsejaba. Si te veía triste te daba una inyección de optimismo. Además, yo lo destaco como un reportero gráfico con una buena estrella, de esos a los que las cosas pasan delante de él. Rino irradiaba una buena energía. Era un tipo muy culto, manejaba otros idiomas. Realmente me siento privilegiado de haberlo conocido y de haber trabajado junto a él. Soy uno de los afortunados que podré decir que trabajé junto al mítico Rino Pinto", sostuvo.
Sus funerales se realizarán tras una misa a realizarse a las 11 horas de hoy en la Parroquia Profeta Isaías (General Gorostiaga 1260) para luego dirigirse al Cementerio de la localidad de Trupán. J