Iván premió a los capos y consoló a los perdedores

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Las dos caras de la moneda que vivió Iván Zamorano en una cancha, esta vez le tocó verla desde afuera, debiendo ponerse del lado de ganadores y vencidos. Fue en la final de la Copa Endesa disputada ayer en el Federico Schwager, donde por un lado le entregó la copa de campeón a los muchachos de la Escuela República de Francia, pero antes, debió consolar a los peques de la escuela Adelaida Migueles Soto, varios de los cuales rompieron en llanto tras perder la final por 7-1.