El fotógrafo sampedrino que retrata el lado desconocido de las estrellas del rock chileno
T omó la cámara Yashica analógica de su hermano mayor que estudiaba Arte y salió corriendo a tomar micro. Era la segunda semana de agosto de 1995, faltaban pocos minutos para que Illapu saliera a tocar todo su repertorio en el aniversario de su colegio, Los Salesianos. El adolescente miró la cámara, recordó los conceptos básicos de fotografía que había leído en un par de folletos Fuji que andaban dando vuelta en su casa y se ubicó lo más cerca que pudo de los melenudos artistas nacionales. Ahí, ya bien instalado, disparó flash a mansalva.