La mujer logró rescatar al más pequeño de la familia antes de morir.
l Mario Saavedra Ponss
Olivia Villalobos y su esposo Juan Gajardo habían compartido toda el día junto su papá, quien vive a pocos metros de su casa en el sector rural de los Quiques, en Santa Juana. En compañía de sus dos hijos, habían trabajado picando leña y fabricando carbón. Al atardecer, los cuatro regresaron a su vivienda y fue lo último que se supo de ellos antes de una tragedia que se desataría cerca de las 11.00 de la noche.
Un incendio comenzó al interior del hogar de la familia, quien apenas logró reaccionar frente a la voracidad y rapidez de las llamas. El inmueble tenía ventanas muy pequeñas, lo cual dificultó que pudieran escapara por ellas.
Según contó Lucinda Villalobos, hermana de la víctima, "mi cuñado atravesó los vidrios de un salto y se cortó entero. Desde afuera, recibió a mi sobrino más chico (de tres años), que Olivia le alcanzó a pasar".
Sin embargo, el hijo mayor de la pareja, Juan Antonio Gajardo (11), no tuvo la misma suerte. Las llamas le impidieron el paso a él y a su mamá, por lo que intentaron cruzar por la puerta principal, en donde fueron alcanzados por el fuego.
Orlando Riquelme, paramédico de la posta más cercana, recordó a la mujer como una madre muy esforzada y al niño como un pequeño ejemplar. "Yo le hacía visitas a ambos en forma periódica. Ellos son una familia muy trabajadora y tienen lazos de parentesco con casi todos en el sector de los Quiques".
Los compañeritos de curso de Juan Antonio no asistieron a clases ayer, en la escuela rural ubicada a pocos metros del siniestro. Según explicó el alcalde de Santa Juana, Ángel Castro, el grupo recibirá apoyo psicólogico. Además, la municipalidad correrá con todos los gastos en los servicios fúnebres de la madre y su hijito. El padre y el pequeño de tres años, se recuperan de sus heridas. J
l La distancia y la falta de comunicación evitaron que Bomberos pudiera ser alertado a tiempo de la tragedia. Según contaron los vecinos, tuvieron que caminar una hora para llegar a un alto en el que encontraron señal telefónica. Mientras tanto, el fuego que destruyó la casa y la dejó hecha cenizas, se extendió hasta el bosque cercano y se quemó una hectárea. Los lugareños pidieron más ayuda a fin de evitar que algo así vuelva a ocurrir.