La medallista penquista más joven en los Odesur volvió a clases y ya alista nuevos éxitos
Con apenas 16 años, la remera Antonia Abraham disfruta su momento y vislumbra futuros desafíos.
l Manuel Muñoz González
Una semana y media ya pasó desde que Antonia Abraham diera la sorpresa en los recientes Juegos Suramericanos de Santiago, y se colara en un podio que para muchos no estaba siquiera en los planes.
Es que a sus cortos 16 años, y viviendo sus primeros Odesur, el principal objetivo de esta capa del remo era estar presente en una de las citas grandes del deporte continental, y sacar las mejores experiencias en las grandes lides. De hecho así lo tomaba la propia jovencita penquista, quien ya se veía casi por pagada estando en tamaña competencia, y qué mejor que representando a Chile y aguas nacionales.
"Para mí era más para ir a ganar experiencia, porque sabía que todas las que competían eran adultas. Así que no me presionaron, nada", dijo la señorita, con los ojos brillosos aún de alegría por el logro conseguido, y una sonrisa algo tímida, reflejo de sus 16 jóvenes primaveras.
Y es que de seguro para ella igual fue una sorpresa, pese a reconocer que en su interior sentía que esa medalla de bronce podría pertenecerle, a pesar de tener frente a ella a deportistas que ya se habían codeado en las grandes competencias olímpicas, y le sacaban varios cuerpos de ventaja en experiencia y madurez.
"Dentro de mí igual me lo esperaba, pero terminar tan cerca de la segunda, eso sí que no me lo esperaba, para nada, estuve a 16 centésimas de sacar el segundo lugar", repasó la Anto, reviviendo aquella carrera en las aguas de la Laguna Curauma, donde por poquito su logro no pudo ser mayor, pues en la largada de los par de remos cortos, terminó tercera con un tiempo de 7.56.30, detrás de los 7.56.14 de la argentina de 29 años, María Graciela Best, y de los 7:48.65 de la medalla de oro, Flaviana Beltrame, quien impuso la sabiduría de sus 31 años sobre su bote y remó a todo pulmón.
"Yo iba a salir sí o sí tercera, eso decía yo, aunque mi entrenador me advertía que la argentina y la brasileña eran súper fuertes. Pero cuando las vi al lado mío, dije ya, no me voy a quedar atrás, y no me achiqué, al contrario. Igual yo no me esperaba ir al lado de ellas toda la regata, de hecho pensaba que se iban a disparar, pero no fue así", recordó una de las cuatrillizas, pues su hermana, Melita, también es capa del remo, lo mismo que Ignacio y Alfredo, quienes conforman el cuarteto de hermanos penquistas buenos para remar.
Pero ganar la medalla de bronce no fue la única gracia de la chiquilla, pues el subir al podio en estos Odesur le significó ser la segunda deportista más joven en Chile en colgarse una presea, sólo superada por la quinceañera Valentina González, quien la rompió en el esquí náutico al sumar cuatro medallas: una de oro, una de plata y dos de bronce.
Poquito tiempo tuvo Antonia para festejar su medalla, pues apenas regresó de los juegos, tuvo que dejar de lado su traje deportivo para adentrarse en las salas de clases y, como todo adolescente de 16, comenzar el año escolar.
"Sí, ya entré a clases", dijo Antonia, hoy alumna de tercer año medio del Colegio Santísima Trinidad de San Pedro de La Paz, desde este año su nueva casa de estudios, pues sus papás la cambiaron de establecimiento este 2014.
Eso explica que la recepción a la medallista estuviera lejos de la fanfarria, y volviera a clases sólo como una estudiante más. "No me pescaron mucho, como era nueva, lo normal nomás", contó la rubia deportista, sin hacerse ni una por empezar con profes y compañeros nuevos en su retorno a las aulas.
Y tal como en el remo, en los libros, exámenes y demás obligaciones académicas anda derechita, y pese a que le falta este y el próximo año para terminar la media, tiene clarito cuál será su horizonte en materia profesional.
"Pienso salir de cuarto medio, tomarme un año y después hacer un preuniversitario, para después entrar a estudiar, puede ser nutrición, o kinesiología, me voy por el área de la salud", largó Antonia, aclarando que ese año que se desea tomar no es para flojear ni menos un año sabático: "Ese año es para entrenar más, no estar tan presionada, porque ahora con el colegio igual es difícil, harto sacrificio", reconoce.
Es su hábitat casi natural. La tranquilidad de las aguas de la Laguna Chica de San Pedro de La Paz, han albergado los últimos años a esta verdadera promesa del remo penquista, quien desde los 10 años se adentró en este deporte, donde llegó casi por casualidad.
"Practico el remo desde hace seis años, cuando me invitó un amigo a remar. No perdón, invitó a mi hermano, y fuimos todos (los cuatrillizos), ahí me gustó y seguimos todos en esto", recordó Antonia Abraham, quien en su niñez ni se imaginaba que el bote, los remos y las aguas serían parte de su vida deportiva. "Antes hacía otros deportes, básquetbol y atletismo, pero por hacer algún deporte nomás, era más chica e iba cuando quería. Pero esto me encanta, y ahora estoy más comprometida", reafirmó.
De hecho su madre, Melita Schüssler, reconoció en alguna oportunidad que nunca se imaginó que la Anto y sus demás hijos terminarían en esta disciplina. "Siempre quise que mis hijos hicieran deporte, pero jamás pensé que iba a ser remo. Si fuese por mí, practicarían atletismo, pero el destino lo quiso así", señaló la feliz madre.
Y ninguno de los cuatrillizos la ha defraudado, pues a todos les ha ido del uno, siendo cartas permanentes de triunfos en cuanto torneo se presentan, igual sacando pecho por los logros de su hija.
Así lo ha dejado en claro la reciente medallista en Santiago 2014, pues el tercer lugar en la cita continental no es la primera alegría para la joven y su entorno familiar, sino que desde hace tres años, con apenas 13 primaveras, ya estaba dando de qué hablar.
Y quiere seguir en la misma senda, por lo cual, sigue dedicada a entrenar, aunque tampoco deja de lado sus estudios, donde igual le va del uno. ¿Pololear o algo así? "No, nada todavía, no hay tiempo para eso" dice entre risas.
La disciplina y constancia de la muchacha no le deja tiempo para el relajo, y apenas retornó a Conce, los remos y su bote han tenido poco descanso, pues de inmediato retomó sus entrenamientos, pensando en sus próximos desafíos. Y el primero de ellos será el sudamericano de remo en Uruguay, donde, una vez más, la señorita quiere dejar en claro que una de las reinas del remo tiene su cuna en Concepción, y volver a dejar en alto el nombre del Bío Bío, esta vez en aguas charrúas. "A seguir entrenando con todo, que estos juegos me sirvan de experiencia, ahora se viene, el sudamericano en abril", remarcó la Anto. J
l Pese a su corta carrera en los remos, la muchacha ya suma varios logros a su haber. El 2011 fue segunda en el sudamericano de Argentina, su primer sudamericano; el 2013 también logró el segundo lugar en el sudamericano, con su hermana melita en dobles en Río de Janeiro. "Ese mismo años fuimos a la copa del mundo de la juventud como invitadas a Suiza, y salimos campeonas. Y después fuimos a los Juegos Bolivarianos, y también ganamos", cerró la joven remera penquista.