20 familias sufren en campamento al lado de casas entregadas
Habitantes de la aldea Rukapulafkenche de caleta Tubul, que no recibieron soluciones habitacionales tras terremoto, aún viven en precarias mediaguas con mínimos servicios básicos.
l Edson Rebolledo Sáez
Múltiples problemas azotan a 20 familias de caleta Tubul, comuna de Arauco, las que aún viven en lo poco que queda de la aldea de emergencia post terremotos "Rukapülafkenche". A las aguas estancadas que generan un fuerte e insoportable hedor se le suma el drama de las vacas que refriegan su enorme cuerpo en sus endebles mediaguas, para luego dejar sus desperdicios justo al lado de la salida de sus hogares. El vital bebestible potable escasea, algunos baños ya fueron retirados y de seguir así, pasarán su cuarto invierno en el campamento.
"Ahora que ya estamos solos, nos están cortando el agua, los baños si no los han sacado, están en muy malas condiciones y sin luz. A nosotros no nos dieron casas por no tener familia, aún teniendo hogar aquí antes del terremoto, nos sentimos mal porque a pesar de hacer todos los trámites, aquí estamos todavía, viviendo como se puede", dijo Juan Silva, quien dentro de su mediagua mantiene un negocio de peluquería.
La veintena de hogares de emergencias que siguen habitados se ubican justo al frente del conjunto habitacional que el gobierno entregó como solución para los damnificados de la localidad pesquera de Arauco.
Por esa razón, las críticas al proceso de designación efectuadas por parte de los no beneficiados apuntan, según ellos, a falta de buenos criterios.
"Hay cosas que no se entienden y muy raras, porque en la población nueva que se entregó como solución habitacional, igual hay gente soltera viviendo y eso da mucha impotencia y rabia. Además dieron casas a ancianos que no alcanzaron ni a vivir en ellas porque fallecieron y ahí hay un montón de casas que no están ocupadas, nadie las habita, y yo tenía todos mis papeles al día", agregó el damnificado.
Poco después de la entrega oficial de las casas, las 20 familias sin solución se tomaron los inmuebles que se mantenían deshabitados, medidas de presión con la cual pretendían acelerar una posible solución, a la cual llegaron a acuerdo, pero que según ellos afirman, no se ha concretado.
"A mi casa la declararon inhabitable, y la hemos parado con latas que he recogido con mi suegro, y aunque tenemos bajo puntaje de la ficha de protección social, aún estamos aquí, a pesar de que hemos alegado por una solución", sostuvo Daniela Salas, habitante de la aldea. J
l A pesar de que han pasado cuatro años desde el terremoto y tsunami, en Tubul aún hay vestigios de su arrollador paso: restos de casas, embarcaciones y otros escombros que se pueden ver en la orilla de playa. "Cambió todo el borde después de la tragedia y ojalá se arregle pronto este sector", sostuvo Teodoro Leal, presidente de la asociación de pescadores de la caleta.