¿Qué lecciones nos quedaron a cuatro años del terremoto?
Ha pasado un tiempo ya del 27-F, es hora de destacar los aprendizajes que se pueden sacar de la crisis.
l Cecilia Bastías Jerez
Este es el cuarto año en que recordamos la experiencia del terremoto que, con una magnitud de 8,8 grados Richter, dejó varias enseñanzas que no deben quedar atrás. Los penquistas ya pasaron la etapa de temor y el trauma que dejó consigo una experiencia de crisis, pero no olvidan ciertas conductas que permiten estar preparados para enfrentar este tipo de emergencias.
La Estrella consultó a varios expertos en la materia, quienes entregaron sus principales recomendaciones que es necesario no dejar de tener presente para la vida cotidiana, cinco puntos principales que deben quedar en la memoria.
De acuerdo a la percepción de Héctor Gaete, arquitecto de profesión y rector de la Universidad del Bío Bío, en cuanto a la calidad de las construcciones Concepción funcionó bien tras el terremoto, en general, exceptuando casos como el dramático desenlace que tuvo el edificio Alto Río.
A su juicio, este ejemplo deja como enseñanza que se debe poner atención en la certificación de calidad en todas las etapas de la construcción de una edificación. "Esto es para los arquitectos, en sus diseños deben exigir el cumplimiento de la norma, tiene que haber una certificación de una empresa externa", indicó, agregando que "ya se tomó una precaución con la modificación de la ley general de construcciones, respecto de los niveles de seguridad que hay que tener".
Para las personas, según elprofesional, queda tener presente exigir las certificaciones correspondientes a la hora de la compra de una vivienda. "Asegurarnos que la vivienda tenga la calidad necesaria, eso se averigua a través de la Dirección de Obras de la municipalidad", explicó.
En cuanto al plano regulador de las ciudades, es absolutamente necesario que ninguna edificación permanente se construya en zonas de riesgo. "Yo creo que las autoridades han hecho un esfuerzo importante, pero hay rechazo de algunos propietarios, por eso ellos deben ser expropiados pagándoles a valor de mercado", indicó Gaete.
Hay otro punto que es importante tener en cuenta para este académico, el que va más allá de su percepción profesional y trata de una conducta que se debe tomar como país: la entrega de más recursos a las oficinas de emergencias. "Se trata de vidas de personas que pudieran salvarse si estuviéramos mejor preparados, por ejemplo en los sistemas de comunicación", sostuvo.
Desde el ángulo de los especialistas en seguridad, Jorge Medina, docente de Ingeniería en Prevención de Riesgos del Duoc UC Concepción, afirmó que una de las enseñanzas que dejó el terremoto de 2010 es que reafirmó la conciencia en las familias de la necesidad de conocer la vías de evacuación de los lugares, ya sean edificios o casas individuales. "Es importante tener identificados con anticipación los lugares más seguros al interior y fuera del hogar, además de mantener la calma", indicó. El profesional recalcó la importancia de tener un miembro de la familia que actúe como líder en estos temas.
Asismismo, es vital la presencia de un kit de emergencia, que según Medina debe contener como mínimo, por cada grupo familiar, una linterna con pilas y velas, agua potable o envasada para al menos tres días, una radio a pilas, un botiquín de primeros auxilios, alimentos enlatados y no perecibles, y una lista de teléfonos de emergencia. "Este kit debe estar en lugar de fácil acceso y todo el grupo familiar debe saber dónde está, pero por sobre todo se recomienda mantener siempre la calma", manifestó.
Desde la Seremi de Salud, es reconocida la falla que existió en el área comunicacional los que los mantuvo sin poder establecer contacto en la red. Por lo tanto en la actualidad la seremi de Salud, Mónica Campos, afirmó que se mejoraron sustancialmente este tipo de sistemas. "Se efectúan pruebas de radio a nivel país diariamente y pruebas de teléfono satelital una vez al mes. Además, contamos con recurso asignado para mantener habilitado el teléfono satelital", aseguró.
Otro avance significativo es la participación en simulacros de emergencias en coordinación permanente con la Oficina Nacional de Emergencia. "Por otra parte, en virtud de la Estrategia Nacional de Salud para la década 2011-2020, el objetivo estratégico número 9 nos indica fortalecer la respuesta adecuada del sector salud ante emergencias, desastres y epidemias", señaló la funcionaria de gobierno.
Diferentes son las iniciativas gubernamentales que dan cuenta de los aprendizajes que se lograron con esta experiencia, y es así como en Talcahuano y Tumbes, entre otras localidades costeras, se pueden ver construcciones sociales en forma de palafitos.
También, en el caso de la construcción del último puente sobre el Bío Bío, se comprende lo necesario de una vía alternativa de comunicación entre las diferentes comunas de la región. Y está la instalación de señalética que da cuenta de qué lugares deben evacuarse en caso de una alerta de tsunami, que antes del terremoto eran imperceptibles y escasas.
Los anteriores son sólo algunos de los ejemplos de conductas que obligó a aprender este cataclismo que hace cuatro años estremeció a todo un país.
El presbítero José Cartes, vicario de la Pastoral Social del Arzobispado de Concepción, comentó que ciertamente un terremoto siempre es un momento de crisis personal. "Nos enfrentamos a un hecho que va mucho más allá de nuestra propia realidad, a algo que no podemos dominar", explicó.
Sin embargo el sacerdote destacó que ante la crisis, el hombre también se vuelve solidario. "La solidaridad va al frente de todo para aportar con el prójimo", afirmó, pero lamentó que esa solidaridad durara cierto tiempo. "Somos solidarios ante las tragedias y dificultades", señaló.
En cuanto a lo que se denominó "terremoto moral", que se observó con la actitud de grandes grupos de personas que aprovecharon de saquear tiendas luego del terremoto, el presbítero señaló que estas situaciones fueron una prueba la capacidad y madurez moral. "Porque ante una situación de apremio, ¿cómo respondo? Si no soy capaz de dominarme, evidentemente hay una debilidad muy grande ante la cual sucumben los valores, los principios, la moralidad", afirmó.
La recomendación de este religioso es recordar que Chile es sísmico, y siempre estar preparados para tener control de los impulsos ante estas situaciones. J
l "Ahora tengo alimentos guardados, no me descuido con el agua, especialmente para mi hijo chiquitito de tres años. Sé que tengo que subir al cerro sí no me mantengo de pie mientras dura el sismo.
Ahora tenemos linterna a la mano, en la bata de dormir".
l "Uno ahora junta harta agüita, las velas, alguna ropa en un bolsón por si acaso. Pero lo que más encuentro es que hay más unión entre vecinos, nos tocó andar buscando agua todos juntos. Todavía nos seguimos saludando, al menos eso quedó, ahora nos conocemos".
l "Yo creo que aprendí a ser más previsora para cualquier situación de emergencia, que nunca falte una linterna, saber de un lugar seguro en la casa, y el agua eso es lo más importante. También aprendí a unirme con los vecinos y saber quiénes son y a ser más solidaria".
l "Ahora la gente está más cuidadosa, yo aprendí que tengo que estar más preparado y tener comida guardada, para que no hayan saqueos tampoco. Tener una cocinilla, también hicimos harta amistad con los vecinos. Y mucha gente empezó a tener más fe en Dios".
l "Lo que aprendí fue a tener con pilas la linterna. A conocer a los vecinos parade alguna forma ir solucionando cada problema que se iba presentando. Lo otro, a no tomar tan en cuenta la histertia colectiva, porque al final el tema de las turbas no era tan así como lo pintaban".
l Tener conductas de autocuidado como conocer vías de escape y mantener siempre la calma.
l Contar con un kit con ciertos elementos esenciales para mantener a la familia en situación de emergencia.
l A la hora de comprar una vivienda, exigir certificación de calidad.
l Respetar los plano reguladores de cada ciudad.
l Contar con sistemas de comunicación adecuados.