La increíble historia del mimo patiperro que aterrizó con su espectáculo callejero en Conce
Disciplina y determinación, son el secreto de este artista para vivir del teatro por el mundo.
l Cecilia Bastías Jerez
Numerosos han sido los penquistas que han asistido al espectáculo "Ícono" de la compañía "Frutillas con Crema", todo en el contexto del Festival Tropiconce, organizado por la compañía de teatro local La Otra Zapatilla.
Durante la semana, en la Plaza de la Independencia, a eso de las seis de la tarde se presentó este artista, quien maravilló a varios transeúntes y logró que incluso se tomaran el tiempo para ver el show completo, incluyendo la parte en que el protagonista se preparaba y maquillaba. "Cerca de hora y media estuvo la gente mirando el espectáculo", indicó Claudio Martínez, quien sostiene que una anécdota de niñez, despertó su gusto por el arte callejero. Con eso comenzó una carrera que, hasta ahora, lo ha llevado por todo el mundo presentando sus "Procesos artísticos", como él los denomina, en países como Alemania, Italia, España y Argentina, entre otros.
Nacido en Santiago y oriundo de la comuna de Peñalolén, Claudio Martínez descubrió su habilidad por el malabarismo, a los 13 años, cuando se desempeñó como pelotero en un club de tenis junto a un amigo. En el lugar había otro trabajador que, jugando con unas pelotas de tenis, le dijo una frase que lo marcó para siempre: "Esto sólo lo pueden hacer personas muy inteligentes".
Con eso Claudio intentó mantener en movimiento las pelotitas, y una vez que aprendió, comenta que no lo dejó de hacer hasta crear con algunos amigos su primera compañía de teatro llamada "Pánico Escénico".
Junto a diez jóvenes, Claudio, a los 15 años, comenzó a pararse en los semáforos haciendo malabares, "todo bien acompañado", acota, para vencer un poco ese temor frente a cómo sería la recepción del público. Así nació esa primera compañía de arte con el nombre en alusión al temor de sus primeras aproximaciones al escenario.
Dueño de una determinación y disciplina que lo caracteriza, Claudio afirma que cuando tenía 21 años decidió cruzar la cordillera para estudiar en la Escuela Argentina del "Mimo Corporal", donde se le abrió un mundo de posibilidades. "Ello me permitió viajar y crear un espectáculo sin palabras y que lo puede ver cualquiera, sin importar el idioma", afirmó.
Antes de haber viajado a Argentina, Claudio estudió fotografía en el instituto Arcos de Santiago, y luego de estar allende los Andes, decidió viajar hasta el viejo continente. "Me fui a la escuela de Carampa en España, estudié con un maestro ruso que se llama Vassily Protsenko, que perteneció al Circo de Moscú. Ahí encontré un gran maestro. Junto a él aprendí equilibrios y perfeccioné mi técnica de mimo", relató.
Luego han seguido los viajes en la vida de Claudio, quien tiene 30 años en la actualidad y acostumbra a trabajar en las temporadas de verano de Latinoamérica. Después, para el cambio de estaciones, viaja a Europa a laborar durante la temporada estival septentrional.
Esto debido a que el espectáculo callejero funciona mucho mejor en esta época del año, y a que en el Viejo Continente tiene la posibilidad de generar más dinero. "Eso es lo que nos permite vivir un poquito mejor, tú vas para generar más lucas y te autofinancias en el proceso de creación", comenta.
Las formas de ser de los distintos públicos van cambiando de una ciudad a otra. Varía mucho, según lo que cuenta Claudio Martínez. "Por ejemplo, en Francia, están muy acogidos los artista callejeros, hasta por la ley", asevera.
En España, hasta hace poco era bastante parecido a Francia, el problema es que con la crisis económica que se está viviendo, algunas opciones se están agotando. "Se están cerrando varios espacios", lamenta este joven artista.
El relato de sus experiencias por el mundo, continúa. "En Berlín, tengo buenas experiencias con el arte en la calle y se te abre la mente, porque uno puede hacer de todo. La recepción es buena por parte del público, pero no retribuyen mucho con lo monetario", comenta.
"En Bruselas (Bélgica) también me han recibido súper bien con los espectáculos", destaca, y agrega que "Italia es muy bueno, a los latinos nos va muy bien. La gente es muy cariñosa, en los espectáculos te gritan y el público siente mucho tu presentación".
De Concepción, Claudio comenta que se llevó una linda sorpresa. Comenta que conocía bastante la ciudad, porque tiene una abuela que vive en Chillán y otros familiares en la capital regional y en los paseos de verano acostumbraba a venir a la zona.
Pero en esta ocasión era distinto, porque traía un espectáculo especial que como él mismo lo describe tiene un personaje que requiere de mucha atención.
"En el espectáculo 'Ícono' el personaje es de muy adentro, muy loco. Tiene unos estados de ánimo muy cambiantes. Pero la gente fue muy receptiva, se sentaron, me miraron mientras yo me maquillaba incluso", relata.
Contrario a lo que pudo pensar sobre el centro de la ciudad, en que miles de personas suelen pasar apurados y sin mirar, acá se encontró con una sorpresa. "Aquí la gente se acomodó. Unas abuelitas pidieron ayuda para acomodar una banca y se sentaron. Fueron muy respetuosos y cuando pasé la gorra se acercaron y colaboraron. Fueron muy cariñosos, hasta me pidieron que me sacara fotos con ellos", relata.
De su familia, Claudio cuenta que la componen cinco personas: su madre y sus tres hermanos, pero que ninguno de ellos hace algo parecido a lo que él. Sus hermanos estudiaron Ingeniería y su hermana está estudiando Traducción. Él, al parecer, es el único artista.
Sin embargo, Martínez comenta que nunca tuvo problemas a la hora de elegir su camino, que ni su madre ni la pareja de ella, que es como su papá, le pusieron ningún problema para que se pudiera desarrollar como artista. "Yo creo que me ven como un cabro loco, no más", ríe, pero menciona que su madre siempre que puede lo acompaña en sus espectáculos. "Además, yo creo que ven la independencia que me da esto, porque para trabajar y ganar bien como artista es necesaria mucha disciplina".
"Yo estoy casado con mi espectáculo", recalca Claudio a la hora de responder si es que quiere formar familia en algún momento. "No tengo la intención de formar familia, como conocemos la familia, porque es difícil complementar los viajes", explica, añadiendo que "no es que lo padezca, para nada, si llega, llega".
Y luego explica que para él, su familia son los otros artistas del medio, con quienes se encuentra cada cierto tiempo en festivales alrededor del mundo, de hecho, ahora esta quedándose en una casa junto a otras dos compañías de teatro a las que también conoce de otros encuentros.
Sobre sus próximas actividades, después de este domingo en que se va de Concepción, Claudio adelantó que se irá a Argentina a dirigir un espectáculo de la compañía Circo Z. "Voy a participar de una velada de espectáculos y voy hacer una mini gira por Buenos Aires con la ONG Hazme Reír, indicó. Está además preparando su espectáculo para Europa, en lo que será una nueva temporada en aquel continente, donde su arte es también muy bien recibido. J