Sus habitantes cuentan como pasan las jornadas con temperaturas que sobrepasan los 40 grados Celsius.
l Edson Rebolledo Sáez
El calor nunca da tregua, menos en verano. 5.30 de la mañana y los primeros rayos del astro rey se hacer sentir y con fuerza en Bulnes, la ciudad con los registros de temperatura más altas de Chile. Los agricultores, de tez tostada bajo el intenso sol, se levantan deprisa para regar sus cultivos con la poca agua que va quedando en la zona. Su objetivo, cuidar las plantaciones de tomates, choclos y arándanos, principales fuentes generadoras de ingresos de una ciudad de 21.600 habitantes, el poblado más grande del Valle del Itata.
El reloj avanza lento, al igual que el ritmo de la ciudad. El único que parece caminar con zancos es el calor. A las 11.00 de la mañana el termómetro ya alcanza los 25 grados Celsius y los efectos de letargo se empiezan a hacer notar, en especial, en aquellos que sólo van de paso por el lugar. Los constantes sorbos de agua helada pasan por las gargantas, las primeras gotas de sudor empiezan a caer por la frente y el aire tibio, dificulta el respirar.
Son las 16.00 y nadie sale de sus casas, las calles del pueblo están vacías, sólo unos pocos valientes acostumbrados al calor caminan por la plaza de la ciudad, la que es un verdadero pulmón verde con abundantes árboles los que, con su sombra, logran aminorar los efectos de los 35 grados. Los helados y los jugos de fruta se empiezan a agotar en los negocios y la mayoría opta por ir a capear el calor en el río Itata o las lagunas Santa Elena o Avendaño. Durante la tarde, Bulnes es el infierno en la tierra.
"Estamos acostumbrados ya. Han hecho 37; 38; 39,9; 40,4 grados de temperatura y la verdad es que a mi no me afecta. Viví 22 años en el Caribe, el calor es aún mayor y con mucha más humedad, lo que lo hace mucho más incómodo por lo que andar con jeans y camisa no es un martirio para mi. Lo malo del calor, es el nivel de paga que hubo en esos días con los registros más altos, porque la gente no sale de las casas, y no hay menos carreras que hacer", dijo Abner Altamirano, taxista de Bulnes.
Según las mediciones efectuadas por la Dirección Meteorológica de Chile, en la comuna de Bulnes, se registraron las más altas temperaturas del país, durante el sábado 11 y domingo 12 de enero, donde la sensación térmica alcanzó los 40,4 grados en la jornada dominical. Ese día, los vendedores de jugos naturales instalados en la plaza, se hicieron la América, vendiendo zumos de sandía, melón y durazno, siendo la jornada con mejores ventas de hace mucho tiempo.
"La ventas estuvieron muy muy buenas, nos favoreció mucho la ola de calor, porque hay que considerar que hagan 40 grados de temperatura aquí, no es muy común en todo caso. La gente estaba desesperada buscando algo helado para tomar y los que se atrevieron a salir de las casas, venían a la plaza a pasar el calor bajo los árboles. Se veía poca gente en la calle y los que iban en auto se bajaban corriendo a comprar, fue un fin de semana atípico porque estamos acostumbrados al calor, pero eso días se pasó", explicó Juanita Vivallos, quien tiene un puestos de refrescante jugos en la plaza.
Después de que el calor les diera un respiro, disminuyendo los termómetros a máximas de "sólo" 30 grados, los habitantes de la calurosa ciudad han tratado de explicarse el por qué se llegó a tan extremas temperaturas, considerando que son una comuna ubicada en el centro sur de Chile.
"Este año ha estado especialmente más caluroso el verano, aunque el Valle del Itata es una zona de temperaturas altas, esta temporada ha sido de locos. Nosotros creemos que los incendios forestales que ocurrieron en Florida y en Ñuble ayudaron, pues hicieron que el calor se encerrara en Bulnes. Estaba todo mundo deshidrató y desesperado por tomar agua, si se traspiraba sentado esos días", explicó Ariela Pedreros, mientras conversaba con una amiga en el corazón en pleno centro de la comuna.
Las jornadas de altas temperaturas, dificultaron el que hacer diario de Bulnes. Sus habitantes afirman que lograban ver, como el calor rebotaba desde el suelo, obligándolos a asistir a los estanques de agua naturales más cercanos. No había escapatoria, donde iba el calor golpeaba con fuerza y sin clemencia alguna.
"Afrontamos el calor con harta agua y tirándonos a río Itata, que es bien peligros pero sirve para afrontar el calor. Fuimos casi todos los días. Yo trabajo cerca de la línea del tren, en una empresa de electricidad y por sus inmediaciones, se sentía aún más el calor, imagínense, con overol puesto y todo eso (...), si mirabas hacía unos pocos metros podías ver ese efecto que sale en las películas, como cuando van por el desierto y alucinan, bueno eso, como que el calor rebota del suelo, así se veía", despachó Manuel Troncoso, mientras pasaba una nueva calurosa jornada comiendo un helado de agua.
"Igual es difícil afrontar el calor aquí, porque si vas a la Laguna Avendaño en Quillón, hay que ir en auto y considerar la bencina, es gratis entrar y todo, pero es un pique de 15 minutos arriba del vehículo con todo el calor que se acumula dentro. Son pocas las buenas opciones para escapar del calor aquí", dijo por su parte Raisa Troncoso.
Bulnes es una ciudad pequeña en comparación con otras zonas urbanas de la Región del Bío Bío, de hecho, en lo pronósticos del tiempo transmitidos por televisión, no es prioridad indicar las temperaturas que se manifestarán en la comuna. Es por eso que las autoridades municipales han visto una oportunidad y han querido aprovechar la repentina exposición pública que ha alcanzado el poblado, para que así se desarrolle el turismo en el área,
"Para toda la gente no fue muy grato que aumentara el promedio de temperatura pues también hay que considerar que tenemos un déficit hídrico en la comuna y en la zona en general. Tampoco tenemos grandes lugares de recreación aunque ayudó harto que la piscina municipal, la que estuvo cerrada 4 años, volviera a abrir, pues mucha gente optó por ir a refrescarse ahí", explicó Patricia Rubio, jefa de gabinete de la municipal de Bulnes.
"Pero como de todas las situaciones difíciles se puede sacar algo bueno, pretendemos aprovechar este verdadero boom del nombre de 'la ciudad más calurosa de Chile