Conozca el secreto que hay detrás del local de empanadas más famoso de Hualqui
Dionisio Rojas cuenta la historia de su negocio al lado del camino, donde hay toda una familia que trabaja unida.
l Cecilia Bastías Jerez
Hasta extranjeros llegan al local de venta de empanadas "El Paso" en el sector de Periquillo de la comuna de Hualqui. Un local ampliamente conocido, tanto por la gente del sector como por penquistas y turistas de zonas más lejanas que llegan a lugar por un dato.
Su dueño es Dionisio Rojas, hombre de esfuerzo quien se dedicó por mucho tiempo a ser mueblista, pero como él mismo indicó, "ese trabajo entrega dinero a lo lejos y yo necesitaba un trabajo más constante".
Para el 2000, este padre de familia quedó sin su fuente de trabajo, con tres niños, de 12 años la mayor, lo que lo motivó a buscar rápidamente una nueva forma de llevar el sustento al hogar.
Fue así como, según él mismo relató, arrendó ese local al lado del camino y comenzó la venta de las empanadas con las ganas de salir adelante, aun sin contar todavía con la autorización requerida. "Yo aquí partí sin permisos, a la mala, después regularicé mi situación", señaló, explicando que "lo que pasa es que con el apuro económico que teníamos, en ese tiempo mi hija mayor tenía como 12 años, eran todos chiquititos y uno busca dónde se pueda juntar plata lo más rápido posible".
Fue así que en este local, el clan conformado por cinco personas: la madre, el padre y los tres hijos, comenzaron a hacer surgir desde abajo este negocio.
El secreto es ser perseverante, dice Rojas, para logar mantener su negocio. E inmediatamente comenta que en su local venden: empanadas, pan amasado y pan con chicharrón, además de bebidas y mote con huesillo. Las empanadas pueden ser de carne o de pollo. Y comenta que antes vendían pollo asado, pero lo dejaron de hacer por la competencia fuerte de les da un supermercado del sector que los vende mucho más baratos.
Pero no pierde la esperanza y declara que los podría volver a vender. "En todo caso no se compara un pollo asado de supermercado con uno hecho aquí, son mucho más sabrosos", aseguró.
En cuanto a si han tenido problemas con este puesto de ventas, Dionisio declara que lo más complejo ha sido obtener las autorizaciones para hacerlo funcionar en regla.
De hecho, recalca que cuando solicitó sus primeros permisos tardó cerca de cuatro años en lograrlos. Aunque afirma que afortunadamente nunca han sufrido algún robo o ningún contratiempo mayor, salvo este año que, por las labores de construcción, ha bajado la cantidad clientes. "Yo siempre creo que todo se va a mejorar, de hecho ya en esta temporada de verano nos ha empezado a ir mejor", declaró Dionisio, dueño de una calma y una personalidad paciente que salta a la vista.
La señora de Dionisio, Elsa, es una mujer muy trabajadora, como la define él mismo. Y si bien él figura como el dueño del local, muchas veces es ella la que oficia de jefa. "Ahora me está apurando porque no he ido a cortar la leña para el horno", afirma con risa nerviosa. "Lo que pasa es que el local ella lo administra, sabe lo que hace falta y yo muchas veces llego a hacer la caja no más, porque estoy todo el día de aquí para allá comprando cosas o haciendo trámites", asegura, lo que deja en claro el carácter de empresa familiar de este negocio.
Tanto es así que actualmente su hija mayor, hoy de 23 años, se encuentra estudiando Administración de Hoteles y Restoranes, por eso y gracias al esfuerzo de estos años logró comprarse un terreno más al interior de Hualqui, donde comenzó a construir su nueva casa y donde piensa edificar su propio local. Todo para que sea administrado por su hija, ya que se lo prometió como buen padre y desea cumplir ese compromiso para permitirle un buen pasar. "Ya estoy construyendo la casa, y mi objetivo es tener un espacio nuevo donde vender comida. No me voy a quedar sólo con este puesto porque yo le prometí a mi hija que yo iba a tener otro local para que ella lo maneje", señaló absolutamente decidido.
El público al cual apunta este emprendedor son principalmente los turistas. Por lo anterior, la exquisita y tradicional bebida, el mote con huesillo, sólo puede ser disfrutada los días viernes, sábados y domingos.
Hasta el lugar han llegado varios extranjeros, entre los que Dionisio recuerda a un grupo de argentinos que se acercaron hace poco tiempo y dijeron que habían sido dateados por otra persona de que las empanadas del local eran muy buenas.
Por eso relata que aunque ha querido variar un poco en la estructura de su puesto comercial, la opinión de los propios turistas lo frenan. "Ellos encuentran que esto que se ve bien así, como rústico, le da un toque especial, y dicen que no quieren que lo cambie", sostiene. Por eso lo mantiene tal cual, y los dos hornitos de barro en donde cuece las empanadas y el pan le dan el broche de oro.
Para Dionisio Rojas, el secreto de su buen pasar como emprendedor es el compromiso de todos sus colaboradores, es decir, su familia. La perseverancia ante toda dificultad y siempre estar pensando en qué hará en el futuro con las ganancias que le ha entregado este negocio.
También la buena relación con sus clientes es vital. "Aquí hay gente que viene todos los días, que son trabajadores del sector", apunta. Son ellos mismos los que finalmente los recomiendan. Y que todos sus hijos ayudan en las ventas o en la mantención del puesto que está ubicado justo al costado de su casa.
En cuanto a su receta para hacer que sus productos sean tan apetecidos, prefirió reservársela, lo único que comentó fue que la masa del pan es hecha por su esposa. Y eso es parte del secreto. J