Artesana viaja por todo Chile vendiendo sus productos y disfrutando del día a día
Viajera y aventurera son los adjetivos que definen a Eliana Álvarez, quien llegó a Playa Blanca con su arte.
l Cecilia Bastías Jerez
Con una filosofía de vida muy marcada, donde los viajes son protagónicos, llegó hasta las costas de la Octava Región Eliana Álvarez, oriunda de Valparaíso, y quien decidió que para su tiempo de vacaciones viajaría junto a su pareja Roberto Rivas, por todo el país.
Es así como dejaron su vida en Iquique, donde residen actualmente, para viajar este verano por el país, aprovechando de recorrer las playas de la zona y de vender sus productos artesanales, aros, colgantes, pulseras y trenzas.
Esta mujer, de 40 años, tiene un pensamiento muy apegado a sus gustos. Según comenta, ella sola se financió sus estudios porque su familia era de escasos recursos. Y su madre le enseñó a salir adelante haciendo lo que le gustara.
"Yo aprendí de eso que me enseñó mi madre. Estudié en la Universidad de Playa Ancha en Valparaíso y decidí salir a recorrer, siempre estoy viajando, porque encuentro que los viajes dejan mucho a las personas, mucho crecimiento", afirmó Eliana.
Para esta mujer, su estilo de vida es ser relajada durante todo el año, no sólo de vacaciones. "Lo que pasa es que uno tiene que buscar la forma de poder vivir, pero no llenarse de necesidades que muchas veces no son tan buenas, como ser feliz simplemente", señaló.
La artesana reconoce que su forma de pensar va mucho con hacer lo que le gusta y mantenerse independiente, como siempre lo ha sido. "Por eso no estoy casada ni tengo cuatro cabros chicos", dice entre risas Eliana.
En Iquique, Eliana tiene su trabajo y a su pareja, con quien está hace dos años. Desde allí viajaron en avión hasta Santiago y de ahí fueron a Valdivia. En la sureña ciudad recorrieron un tiempo y luego se fueron hasta Puerto Montt. Confiesa que intentaron llegar hasta Chiloé, pero no pudieron ya que estaba lloviendo y el equipo de camping no les acompañaba con ese clima. Desde allá comenzaron "a devolverse" al norte, llegando este fin de semana justo al centro geográfico del país, Playa Blanca, desde donde luego se irán a Chillán.
Para costear el viaje o ayudarse durante el mismo, venden sus productos y durante la tarde se entretienen fabricando más para tenerlos listos para los clientes. A esta mujer le llamó mucho la atención que hubiese gente de nuestra región que, teniéndolo cerca, no conociera el Salto de Laja. Para ella, eso se explica porque en general, dice, las personas no disfrutan de las cosas simples.
Esta pareja de artesanos y aventureros prefiere recorrer los alrededores de las distintas ciudades para apreciar nuevos paisajes y no quedarse con lo estructurado que son los centros urbanos "que muestran siempre lo mismo", según considera Eliana. "En las ciudades siempre se ve un poco lo mismo, los malls, la calle principal, las zapaterías y los supermercados", comentó.
En cuanto a su opinión sobre las costas del Bío Bío, viniendo de un lugar caracterizado por playas hermosas como Iquique, la artesana declaró que "aquí se ven playas muy lindas y grandes, que son buenas para turistear y yo las recomendaría ampliamente".
Asimismo, Eliana dice que no se explica por qué existe gente de los alrededores que no conoce los paisajes bonitos de Playa Blanca, si a ella le costó 800 pesos el pasaje para llegar desde Concepción.
Aunque en general sus viajes son sólo disfrutar, existe algo que pudiera ser considerado una tristeza, según reconoce. Y eso es el hecho de que muchas veces no puede comercializar sus trabajos libremente en las playas, lo que se transforma en un impedimento importante para llevar a cabo su labor y conseguir costear sus paseos y aventuras.
"Lo fome es cuando los carabineros no dejan trabajar y el artesano no tiene mucho espacio para hacer sus creaciones. Ahora creo que esperaban regularizar eso, pero también a veces algunos artesanos son gente de malos hábitos y echan a perder las imagen del resto", dijo la mujer.
Otro tema que la aqueja es que la artesanía no siempre es muy bien valorada, añadiendo que muchas veces se prefieren productos chinos por ser más baratos, lo que, asegura, deja a quienes se valen de este oficio para sobrevivir en una situación bastante injusta porque el trabajo que implica una obra de artesanía es mucho mayor que los otros.
Sin embargo, Eliana no se complica y, fiel a su estilo, a ser consultada por si recordaba alguna gran tristeza en su vida, indicó que "en mi vida personal, en realidad, hay muy pocas tristezas". J