Aprender a nadar también es tarea de niños y padres
La seguridad de los pequeños en psicinas, lagos y mar es parte de la formación que hay que dar.
l Familia
Llegó el verano, y junto con él las vacaciones en las cercanías de playas, piscinas y ríos, pues los días calurosos son la justificación perfecta para un merecido chapuzón.
Pero este refrescante baño, por simple que parezca, puede traer consecuencias fatales si no se toman los resguardos adecuados.
Es por eso que Gabriel Romero, jefe de carrera de Preparador Físico de Santo Tomás Concepción recomienda a los padres incentivar a los pequeños a aprender a nadar desde temprana edad, a familiarizarse con el agua, conocer sus riesgos y bondades.
"Saber nadar consiste en mantenerse a flote en el agua, mediante la ayuda de ciertos movimientos corporales realizados en forma racional; es decir, sumergirse a voluntad y maniobrar en la posición y dirección que uno desea". Agrega que da seguridad y permite que disfrutemos sin inconvenientes, "además nos ayuda con el desarrollo de cualidades físicas, mejora el sistema respiratorio y fortalece nuestro corazón".
Según el profesional, los peligros aparecen cuando no se sabe nadar y en este sentido los más vulnerables son los niños. "Ellos sienten una atracción natural por el agua y por su corta edad, no ven que pueden sufrir accidentes, ni menos ahogarse en cuestión de minutos".
El académico de Santo Tomás recomienda a los padres que pueden hacerlo, inscribir a los pequeños en alguna escuela de natación donde profesionales entreguen las técnicas de acuerdo al conocimiento de cada persona, comenzando por vencer el miedo a la inmersión y aprender a flotar.
Pese a las precauciones que los adultos puedan tomar como el cuidado y atención permanente, ocurren accidentes y en esos casos, la reacción oportuna y precisa puede salvar la vida de una persona.
La directora de la escuela de Enfermería de la UST Concepción Paula Betancourt entrega claves para reaccionar en caso de un accidente por inmersión:
-Lo primero es sacar a la persona del agua y ubicarla sobre una superficie plana para realizarle reanimación, si no responde, contactar una ambulancia o trasladarla en un vehículo al centro asistencial más cercano.
-En la reanimación de niños pequeños, la boca del adulto debe cubrir tanto la boca del niño como su nariz para entregarle la mayor cantidad de aire.
-En adultos, sólo se debe cubrir la boca y la nariz es tapada con los dedos.
-El masaje cardiorrespiratorio consiste en poner sus manos sobre las tetillas de la persona ahogada y sin doblar los codos, presionar el cuerpo con todo el peso del tronco. J