Buena salud, trabajo y regalos son algunas de las solicitudes que les llegan a Viejitos locales
En las caritas de emoción contenida de los niños que se acercan al Viejito Pascuero, se esconde gran parte de la magia de la Navidad. Esa magia que llama simplemente a creer. Tal como lo hacen los cientos de ayudantes de Santa Claus, repartidos por todo el país, y que se dedican a escuchar los deseos de miles de pequeños que se les acercan para contarles que hicieron su mejor esfuerzo y se portaron bien durante el año, por lo que merecen el regalo que están pidiendo para este 25 de diciembre.
En el Gran Concepción, hay varios de estos ayudantes del Viejito, ya sea en las calles del centro, en la Vega, en los malls y en otros puntos de la ciudad, e incluso hay uno de origen chorero que este año está llevando alegría a los niños en Santiago.
El Viejito Pascuero que encontramos en el Mall Plaza del Trébol, toma muy al pie de la letra su personaje, y comenta que durante el año trabaja en un taller de juguetes. Para las fechas cercanas a la Navidad, este Papá Noel siempre se ubica en un lugar estratégico para atender a los pequeños.
"Los niños aquí no sólo hablan de regalos, también me cuentan si es que les pasó algo, se desahogan algunos conmigo y yo siempre los escucho con mucha atención", afirmó.
En el puesto ubicado en en medio del centro comercial en Talcahuano, los pequeños van a hablar con él, básicamente impulsados por sus padres ya que la impresión de conocer a este personaje usualmente provoca que no se quieran acercar, pues están absolutamente controlados por la timidez.
Con dos jovencitas ayudantes de Santa, se ordenan en fila los chiquitos para conversar o bien dejarle la cartita con sus peticiones de regalos en un buzón.
La clásica foto del recuerdo es tarea de cada padre con su teléfono celular, e incluso hay adultos que desean fotografiarse con el Pascuerito para preservar este momento navideño.
Una realidad distinta es la que vive el Viejito Pascuero de la Plaza de Independencia, en el corazón de Conce, por la diversidad del público que se le acerca.
Relata que ha llegado mucha gente adulta a conversar con él, sólo con la necesidad de tener alguien en quien confiar. "Una vez vino una señora para contarme que tenía cáncer y que se quería sanar, como último recurso usaba este venir a hablar conmigo", comentó este Pascuero.
En la plaza del centro penquista, diariamente van cerca de 200 a 300 niñitos a conversar con Santa, y no todos a la espera de sus regalos, ya que algunos piden deseos más profundos o simplemente quieren estar cerca de él.
María Belén Silva, una duende ayudante de Santa en la plaza, indicó que "aquí siempre se llena, y no sólo vienen niños como uno pudiera pensar, una vez vino un caballero a pedirle trabajo al Viejito, y después volvió a contar que había encontrado trabajo en un estacionamiento", relató.
Desde 2010 que Guillermo Burgos dejó de afeitarse la barba. Como empezó a crecer blanca y él tenía los ojos azules, le fue muy bien en su emprendimiento como Viejo Pascuero. Su popularidad fue tal que el 2012 recibió la invitación para participar en la Universidad Internacional de Santa Claus en junio de ese año.
En el lugar aprendió las técnicas de sus colegas gringos: a maquillarse, los bigotes enroscados, cómo tomar fotografías con los niños, la historia de Santa Claus, y cómo ser Santa todo el año, negocios, marketing y manejar renos, cómo enfrentar situaciones complejas, entre otras cosas.
Este Viejito Pascuero hoy está en Santiago, recibiendo a los niños en un mall. Para él, la clave principal para llevar a cabo bien esta labor, es que "debe gustarte lo que haces, de ti dependen la ilusión de niños, jóvenes y adultos, por eso aunque estés enojado o cansado, siempre debes tener disposición para quien te saluda o pide una fotografía".
Una experiencia que marcó a este Viejito, fue la petición de una pequeña de 10 años, quien esperaba poder pasar la Navidad con su papá, ya que se estaban separando sus padres. Luego de escucharla logró hablar con el padre de la niñita y lo aconsejó para que tuviera cuidado con las discusiones para que no afectaran tanto a su hijita.
"Creo que cada uno tiene una misión en esta vida y ahí descubrí la mía, ser el Viejito Pascuero oficial de Chile que entregue el mensaje a todos los niños y adultos, de que la Navidad no es sólo regalos, sino la comunión entre los seres queridos", reflexionó.
Los Viejitos Pascueros son una labor que contempla gran importancia, ya que tiene que ver con los primeros recuerdos de un niño. Por eso todos estos ayudantes de Santa toman muy en serio su papel y comentan que es vital tener presente que lo esencial de su trabajo, es mantener la ilusión de los niños. Asimismo, siempre estar renovándose y mejorando la imagen con accesorios.
"Esto le da un valor agregado a nuestro trabajo y el cliente queda contento, sobre todo los niños que vuelven a creer en la magia de la Navidad", afirmó Guillermo Burgos. J