El lugar era de encuentro para los vecinos, pero ahora no tienen dónde ir.
Según una de las definiciones de la Real Academia Española para plaza ésta es "aquel donde se venden los mantenimientos y se tiene el trato común de los vecinos, y donde se celebran las ferias, los mercados y fiestas públicas". Algo más o menos así sucedía hace unos tres meses en la Plaza de Armas de Tomé, un punto de encuentro de los habitantes, donde muchos pasaban el rato, conversaban, leían el diario y disfrutaban del paisaje. Eso hasta que comenzaron las obras de remodelación, las cuales cerraron completamente el centro de la ciudad con altas murallas.
"Nuestra plaza es bonita, pero así son los avances. Hay que mejorarla, aunque el hecho de haberla cerrado de esa manera es deprimente. Los tomecinos nos juntábamos acá y ahora no. La gente mayor da vueltas no más por el centro y los estudiantes se van a la playa", comentó Alicia Campos, quien sugirió que deberían haber dejado bancos en el sector para que se sienten los abuelitos.
Por su parte, Genoveva Neira y su mamá María González también patalearon por el cierre. "No estamos muy contentos. No hay mucho encuentro de vecinos como antes, así que estamos esperando que nos arreglen la plaza, porque a los adultos mayores, como mi mamá, les gusta sentarse acá", dijo la hija, quien contó que con su madre frecuentaban el lugar para tomar helados.
El cierre de la Plaza de Armas de Tomé no sólo ha afectado a los vecinos que gustaban de su entorno, sino que también a comerciantes aledaños como Natalio González, quien contó que por su puesto de artesanías, frente a la explanada, pasan con suerte las moscas. "Para los comerciantes está malo. Pasa el día y no tenemos pega. No se ve nadie acá. Hay poca circulación de la gente", señaló el tomecino, quien recordó que años antes el lugar preferido de los habitantes era la estación de ferrocarriles.
Por otro lado, a la baja de ventas de los locales aledaños, se suma el alza de la delincuencia debido a la poca iluminación de las calles colindantes. "Han entrado a robar a varios locales de acá. Lo que pasa es que como se formó este muro, quedó la calle más escondida. Además, al no haber iluminación en la plaza, acá se ve más oscuro", comentó Marco Basualto, quien tiene la Confitería Maribel en el sector.
Él, también expresó que "la plaza es el alma del pueblo. Se nota que la gente anda más tristona. Como que nos mataron el lugar de distracción. Acá en tomé pasa algo que no pasa en otras ciudades. Acá la Plaza de Armas es el lugar de encuentro, donde la gente se junta ". J
l Para tranquilidad de los tomecinos, el administrador municipal, Osvaldo Arenas, comentó que "las obras se atrasaron un poco, pero debiese entregarse en febrero. Eso sí, hay una posibilidad que se realice antes".
El personero del municipio indicó que "entendemos la preocupación de los vecinos y por eso estamos informando constantemente sobre los avances. Son más de 400 millones de pesos para pavimentación, mobiliario y pasto. Todo lo que se vea como sufrimiento urbano, se va a ver reflejado en una plaza en condiciones óptimas y de lujo", dijo.