Investigación ilustra la distribución de esta enfermedad en el mundo.
A raíz de una investigación publicada en la revista PLOS Medicine, el diario Washington Post confeccionó una detallada cartografía mundial de la tristeza. Es decir, armaron un mapa en que se distribuyen los índices de depresión por el planeta.
El resultado otorga el primer lugar a un país reconocidamente angustiado: Afganistán. Y el último lugar, esto es, el país que parece el más contento, curiosamente es Japón, una nación que siempre figura con altos índices de estrés y de suicidios. Un país plagado de individualismo.
A juicio del propio estudio, la fuerte depresión que abunda en Afganistán ha sido causada por la guerra. La guerra y sus secuelas directas (cesantía, escaso abastecimiento, muerte de seres queridos, etcétera). Esta situación que implica un caldo de cultivo para el bajón mental se extiende al norte de África: Egipto, por citar un caso, súbitamente -a causa de la explotación del conflicto civil- se puso depresivo.
Por otra parte, aquellos países en que abunda la estabilidad y fluye el dinero, son reacios a la tristeza nacional. Y en esta franja destacan los países asiáticos que se ubican en el cordón del Pacífico.
También el estudio sostiene que las depresiones, a lo largo del mundo, ocurren mayoritariamente entre los 20 y los 29 años. Y que en la vejez disminuye con claridad.
Lo cierto es que el mapa de la tristeza aporta datos que rompen con los mitos. Se decía que los países escandinavos, por el fenómeno de la apatía, son proclives al suicidio. Los suecos, se ha dicho, lo tienen todo, pero están vacíos por dentro. Y por ese motivo se suicidarían. Sin embargo, el estudio, por fortuna, comprobó que los escandinavos están sanos.
Se concluye, entonces, que la depresión se relaciona mucho con el estado de cada país. Quizás haya que hacer maletas y partir pronto rumbo a Japón. J
l Chile es un país muy estresado. Eso lo sabe cualquiera. Pero, por alguna razón, Chile, dentro del mapa, se ubica en la franja de las naciones contentas. O, al menos, de las más felices. Se supone que estar considerado un país estable y con una economía sólida nos hace estar felices ¿Será así?