En la mañana se miente menos que en la tarde. El punto más alto se da en la noche.
Investigadores de la Universidad de Harvard analizaron largamente la mentira y concluyeron que hay horarios distintos para que se lleve a cabo. En un estudio que fue publicado por la revista "Psychological Science", se obtuvo la premisa de que las mentiras se efectúan más en la tarde y en la noche.
Durante las mañana los seres humanos, según este trabajo, son más éticos. Tienden al autocontrol, a no dejarse llevar por el maravilloso mundo del engaño. Tienen conductas más estrictas y morales. Así lo comprobaron al ejecutar variados ejercicios para medir sus niveles de mentiras. En el transcurso de la mañana eran pocos los que fallaban de forma notoria. "Los experimentos desarrollados por la mañana sistemáticamente daban resultados con menor nivel de comportamiento antiético", explicó Maryam Kouchaki, coautora del trabajo.
De manera que la ética es matutina. Lo malo, afirman los peritos, es que el autocontrol, a medida que va avanzando el día, se desgasta. El agotamiento mental, las exigencias físicas, la continua necesidad de estar tomando decisiones todo el rato, todo eso, a la larga, influye en que las personas se dejen arrastrar lentamente por mentiras.
Ya en plena tarde, con el organismo liquidado por el estrés, el ser humano inicia una escalada de falsedades. Cede ante las tentaciones inmorales. Se torna menos ético. Miente con descaro y sin descaro. Y, cuando llega la noche, camuflado en la oscuridad y tal vez con unos tragos en el cuerpo que le perturban la lógica, el ser humano pierde la lucidez. E, irremediablemente, alcanza su zona mentirosa más alta. El falso más connotado asoma a medianoche.
El estudio, además, señala que el descanso es clave para no mentir. Los relajados, según parece, son honestos. Y los estresados son los falsos. O sea, póngase a dormir para así mañana despertar honrado. J
l Los encargados del estudio creen que la importancia de este trabajo es considerable. Quizás no pueden impedir que se siga mintiendo en la humanidad, pero, al menos, como dijo uno de los autores, "la investigación sugiere que deberías tener en cuenta algo tan mundano como la hora del día".