Se preocuparon de limpiar el interior
Los choripanes, terremotos y cervezas corrieron igual y en mismo escenario de todos los años: "Jamaica" (canchas de fútbol y rugby), mítico lugar de encuentro y reunión de la Universidad del Bío Bío. Ahí, más de seis mil jóvenes llegaron a celebrar el inicio de las celebraciones de Fiestas Patrias en un evento que se ha transformado en una tradición.
A pesar de que hace una semana, las autoridades de la casa de estudios pública, habían descartado de manera tajante dar una autorización para realizar un evento de carácter masivo al interior de la universidad, los jóvenes se organizaron igual, mediante Facebook y Twitter, y así armar una fiesta dieciochera, la que, en todo caso, no contó con la misma asistencia multitudinaria de años anteriores.
"En Facebook, los grupos con invitaciones para esta fiesta estaban hechos hace mucho tiempo, por lo menos hace dos semanas atrás, incluso mucho antes de que dijeran que no había permiso para realizar las ramadas. Eran más de ocho mil personas las que estaban confirmadas. Al principio estábamos bajoneados de que no pasaría nada, pero se empezó a prender de a poco y ahora hay mucho más gente", dijo Ximena Monsalve, quien se instaló a vender choripanes y bebestibles para los asistentes.
Los jóvenes ansiosos por celebrar la chilenidad, estaban citados a las tres de la tarde según las invitaciones extendidas por las redes sociales, pero el masivo arribo de personas ocurrió pasado las siete horas.
Para evitar que los alumnos y gente externa a la universidad, ocuparan las instalaciones para la realización de una fiesta, las autoridades de la UBB optaron por tomar los resguardos correspondientes. Primero y según los alumnos de la casa de estudios superiores, adelantaron las vacaciones de Fiestas Patrias varios días, siendo las última actividades académicas la realizada durante el miércoles al mediodía. La otra, fue ubicar desde muy temprano a una empresa de seguridad, encargada de resguardr la entrada alrededor de todo perímetro de la sede.
El férreo control en la entrada, restringía en un principio, el paso de aquellas personas que no pertenecieran a la casa de estudios lo que generó que se acumulara una gran cantidad de gente en la entrada principal, lugar donde se instalaron los primeros improvisados stands con terremotos.
"Nosotros como jóvenes queremos pasarlo bien. Todas las generaciones quieren celebrar el Diechiocho en un ambiente de comunidad, como el que se da en las ramadas universitarias, conocer gente, pasarlo bien y disfrutar. Gracias a las redes sociales nos enteramos que igual se iba a realizar algo y aquí estamos vendiendo su bebestible", dijo Rodrigo Santibáñez.
Cuando la gente apostada a las afueras de la U. del Bío Bío fue demasiada, los conos e improvisadas barandas no aguantaron la presión, obligando que los guardias de seguridad autorizaran el ingreso masivo al interior de la casa de estudios superiores, hecho que marcó el verdadero inicio de las celebraciones.
"Los guardias estaban pidiendo la credencial de alumno de la universidad para entrar, con eso se aseguraban que fueran solos universitarios los que entraban, pero al final entraron todos igual. Lo bueno es que los ánimos están, el ambiente se armó y ahora a pasarlo bien un rato. En todo caso con la gente que hay es suficiente, porque las cosas se pueden salir de control con mucha masividad", dijo Boris Caro, quién asistió con un grupo de amigos.
Debido a las restricciones de permiso, la actividad organizada vía Facebook, no contaba con un gran nivel de producción, como en años anteriores, donde bandas musicales animaban gran parte del evento universitario.
Para suplir tal falencia, el grupo "Bienytu", aprovechó de sacar sus guitarras, timbales y teclados para animar a los asistentes con adaptaciones en cumbia, de variadas canciones de distintos estilos musicales. Con su pegajoso ritmo y contagiosa alegría lograron hacer mover los pies que los asistentes.
"Llevamos días preparándonos para esto. Somos de Nonguén y nos sentimos parte de la universidad a pesar de que no estudiemos aquí. La gente nos pidió que pudiéramos entrar y aquí estamos, pasando un buen momento y haciendo bailar a los más prendidos", dijo Mauricio Bienytu, vocalista del grupo.
Cuando las micros abarrotadas con jóvenes dispuestos a festejar por adelantado las Fiestas Patrias, llegaron a Collao, se pudieron observar varias caras largas en los vecinos del sector, pues muchos confiaban en que las medidas impuestas por la universidad funcionarían este año.
A pesar de que no denunciaron grandes desmanes en sus hogares consecuencia de versiones anteriores de la fiesta universitaria, se manifestaron preocupados por el estado en el que, generalmente, se retiran los asistentes.
"Los chicos que vienen llenan de autos las pasadas al pasaje y no se puede transitar, esa es siempre una gran molestia, porque los que vivimos aquí quedamos encerrados y no podemos circular. Pero lejos lo que más preocupa es como se van los chicos, manejando en mal estado", dijo Alejandro Essmann, vecino del sector.
A las 10 de la noche la cantidad de asistentes al interior de la universidad era mínima, hecho que marcó una diferencia con respecto a años anteriores. J
l Generalmente tras la realización de eventos de alta convocatoria, la consecuencia negativa más visible, es la gran cantidad de basuras y desechos que se acumulan en los lugares de realización. La cancha de fútbol y rugby de la UBB, en ediciones anteriores, quedaba totalmente cubierta con latas y cajas de cartón. En esta edición de la fiesta, ese impacto será menor, pues un grupo de jóvenes se encargó de ir recogiendo cada una de los desperdicios que se iban botando al suelo, logrando recolectar una gran cantidad de bolsas llenas con latas.
El destino final del aluminio utilizado será una compra y venta de metal, medida que le permitió al grupo generar ganancias extras.